sábado, 26 de marzo de 2011

Hace ya 57 años que Romulo lo dijo

"Y la verdad es que nosotros no podemos pensar, en estos momentos precisos, en organizar una acción violenta que venga de los cuarteles a la calle, porque la inmensa mayoría de los oficiales afectos a las ideas democráticas han sido dados de baja, o no tienen mando de tropas, o están en la carcel o el destierro, o traicionados por el tirano. Si no es posible organizar una acción de este tipo, no nos queda como posible sino la acción popular de masas, constante, valiente, perseverante. Esa accion debe ser conducida hacia una encrucijada en que ya no sea tolerable por el pais la existencia de un régimen de usurpación, y la cólera popular se exprese en forma tan avasallante que ya no puedan detenerla las bayonetas".
ROMULO BETANCOURT 1954.

lunes, 7 de marzo de 2011

Humberto Fernandez Moran

Humberto Fernández-Morán nace en Maracaibo el 18 de febrero de 1924. Pasa el resto de su infancia y adolescencia entre Curazao, Estados Unidos, Venezuela y Alemania, donde culmina sus estudios de bachillerato para luego matricularse en la facultad de medicina de la Universidad de Münich donde terminaría sus estudios a los 21 años con los máximos honores.

En 1944 regresa a Venezuela y labora en el hospital psiquiátrico de Maracaibo. Pasa los dos años siguientes realizando una especialización Neurología y Neuropatología en los Estados Unidos. De esta experiencia nace la creación del "bisturí de diamante", empleado mundialmente para cortes ultrafinos tanto de tejidos biológicos como de muestras lunares traídas a la Tierra, convirtiéndose por ello en el primer venezolano y único latinoamericano en recibir el galardón John Scott en Filadelfia, luego de lograr otras patentes de la útil herramienta.

Paralelamente, este bisturí se emplea en la producción de lentes ópticos de alta precisión y como escalpelo en microcirugía.

En 1946 se traslada a Estocolmo para trabajar en el Hospital Serafimer y tal fue el efecto que causaron las muertes producto de tumores malignos, que decidió enfocar sus investigaciones hacia la organización de las células tumorales.

Ese mismo año visita al Prof. Manne Siegbahn (Premio Nobel de Física, 1924) quien lo invita a trabajar en los laboratorios de microscopía electrónica del Instituto Nobel de Física que él dirigía. Allí se forma entonces como microscopista electrónico y concibe la crio-ultramicrotomía 1 y la cuchilla de diamante para ultramicrotomía 2, con la que logra más de una docena de patentes.

Fernández-Morán regresa a Venezuela en 1954 invitado para desarrollar un centro regional para investigación y entrenamiento en investigaciones neurológicas y cerebrales. El investigador funda el Instituto Venezolano de Investigaciones Neurológicas y Cerebrales (IVNIC) en abril de ese año, como un ente gubernamental autónomo adscrito al Ministerio de Sanidad y Asistencia Social.



El IVNIC (llamado IVIC desde 1959) fue sede de la Biblioteca Científica de Latinoamérica, del primer reactor nuclear y de investigaciones que colocaron a Venezuela en el panorama científico mundial, gracias a la labor e iniciativa del médico y su equipo.

En 1958, tras desempeñar por apenas diez días el cargo de ministro de educación, Fernández-Morán viaja a los Estados Unidos para trabajar en el Massachusetts General Hospital de Boston y colaborar con el reconocido Instituto de Tecnología de Masschussets (MIT). En 1962 asume el cargo Profesor de Biofísica en la Universidad de Chicago sin dejar de lado sus nuevos trabajos que incluyeron el concepto de crio-microscopía electrónica, el uso de lentes superconductoras y el crio-ultramicrotomo.

En 1985 viaja a Estocolmo donde reside hasta su muerte, acaecida en 1999. Afortunadamente, sus contribuciones aún siguen siendo la base de numerosos estudios en medicina, biofísica, bioquímica, citobiología, criobiología, endocrinología, física de bajas temperaturas, genética, neurofisiología, ultraestructura celular y virología.

Durante su carrera, Fernández-Morán fue galardonado en diversas ocasiones tanto en Venezuela, como en el exterior, por sus contribuciones con distinciones como el Sillón XXVI de la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales de Venezuela, la designación en su honor del Departamento de Biología Estructural Humberto Fernández-Morán, la Orden del Libertador; Orden Francisco de Miranda, Grado de Comendador; Orden "Dr. Enrique Tejera París"; Profesor Honorario de la Universidad del Zulia; Orden y Título de Caballero de la Estrella Polar conferida por el Rey de Suecia; Medalla Claude Bernard de la Universidad de Montreal; Honoris Causa de la Universidad de Milton; Premio Médico del Año otorgado en Cambridge y un Reconocimiento Especial otorgado por la NASA con motivo del décimo aniversario del Programa Apolo.

Un venezolano ilustre. Es así como puede definirse a este hombre de ciencia quien con sus aportes hizo de Venezuela, cuna de investigaciones que hoy día son referencia obligada para el desarrollo tecnológico mundial

Madre Teresa de calcuta

Agnes Gonxha Bojaxhiu, mejor conocida como la Madre Teresa de Calcuta, nació el 26 de agosto de 1910 en Skopje, Albania. Agnes era la hija menor del matrimonio entre Nikola y Drane Bojaxhiu. La crianza que le dieran sus padres y su estrecha relación con la parroquia jesuita del Sagrado Corazón influyeron fuertemente en el inicio de su vocación religiosa.

En septiembre de 1928, a la edad de 18 años, Agnes Gonxha dejó su casa para ingresar al Instituto de la Bienaventurada Virgen María en Irlanda, mejor conocido como la Orden de las Hermanas de Nuestra Señora de Loreto. Un año después fue enviada a Darjeeling para realizar el noviciado; allí tomaría el nombre de Teresa, en honor a una monja francesa llamada Thérèse Martin quien fue canonizada en 1927 bajo el nombre de Santa Thérèse de Lisieux.

Al profesar sus primeros votos, la Madre Teresa fue transferida al Saint Mary's High School en Calcuta, en donde se desempeñaría como directora e iniciaría su camino en la predicación de la alegría de amar y la grandeza y dignidad de cada ser humano. Durante los 20 años de servicio en la escuela de niñas de Calcuta, esta religiosa se caracterizó por su caridad, altruismo y coraje. Sin embargo, su vida cambiaría. En 1946, durante su retiro anual, la Madre Teresa recibiría un segundo llamado de Dios.

"Ven y sé mi luz"

Durante su ejercicio religioso la Madre Teresa recibiría un segundo llamado de Dios al que ella describiría como la "inspiración". En esa anunciación, Jesús le reveló a Teresa su deseo porque ella encontrara "víctimas de amor" para irradiarles a esas almas, su devoción. "No puedo ir solo" le confesó Jesús. Y le confió su dolor por el olvido de los pobres y su pena por la ignorancia que tenían de él. De este encuentro con Dios, la Madre Teresa de Calcuta decide separarse de las actividades que venía desempeñando para dedicarse al servicio de los más pobres.

En el año 1948, el Papa Pío XII le concedió el permiso a la Madre Teresa para dejar sus funciones y comodidades habituales de monja del convento de Loreto, para dedicarse a compartir su vida con los pobres, enfermos y más necesitados de las calles de Calcuta; fundando más adelante la congregación de las Misioneras de la Caridad.

En 1949 se le unió la primera religiosa y en poco tiempo se le fueron aunando algunas de sus ex-estudiantes del bachillerato Saint Mary. Cada hermana de las Misioneras de la Caridad debe dedicar su vida a servir a los pobres sin aceptar ningún beneficio material por recompensa; haciendo énfasis que su trabajo por los pobres ha de hacerse tanto en la esfera espiritual como en la esfera material.

Las siguientes palabras de Sor Nirmala Joshi, actual Superiora General de las Misioneras de la Caridad explican por sí solas el sentido de la obra de la Madre Teresa de Calcuta:

"Al aliviar la pobreza de un hombre ya se da un remedio a la causa de la misma pobreza. El hecho de ser capaz de ayudar a estas personas constituye ya de por sí una manera de eliminar la pobreza, pues ofrecemos la posibilidad de compartir la pobreza. De hecho, la pobreza se debe, en muchos casos, al egoísmo y a la ignorancia: la gente no sabe o no quiere compartir nada con los demás. Sin embargo, el trabajar en pro por los demás ofrece la posibilidad de compartir".


En 1965, el Papa Pablo VI colocó a las Misioneras de la Caridad bajo el control del papado y autorizó a la Madre Teresa a expandir la orden religiosa a otros países, siendo Venezuela el primer lugar donde se abrió la primera casa fuera de la India. Luego siguieron las fundaciones en Roma, Tanzania, la Unión Soviética, Albania, Cuba, entre otras.

Actualmente, la Congregación fundada por esta religiosa de cuenta con más de 3.000 personas y mantiene misiones en unas 200 ciudades de los cinco continentes.

La Madre Teresa consciente de que necesitaba más personas para responder con mayor efectividad a las necesidades de los pobres, fue incluyendo a los hombres que sentían el llamado a la vida religiosa en su apostolado; al igual que a los laicos.

De esta idea nacieron los Hermanos y los Padres Misioneros de la Caridad, los Colaboradores de la Madre Teresa, los Colaboradores Enfermos y Sufrientes, los Misioneros de la Caridad Laicos y el Movimiento Sacerdotal Corpus Christi, para aquellos sacerdotes que compartían su carisma y su espíritu.

Los más pobres de los pobres

A la Madre Teresa de Calcuta le fue confiada la misión de proclamar la sed de amor de Dios por la humanidad, especialmente por los más pobres entre los pobres, quienes siempre fueron los hijos de esta sierva de Dios. Leprosos, enfermos de sida, huérfanos, desahuciados, hallaron en el espíritu y manos de la Madre Teresa quien repartió su caridad desde diversas partes el mundo.

Su sacrificada misión obtuvo un reconocimiento internacional a través del Premio Nóbel de la Paz en 1979 y de numerosos galardones entre los que se encuentran: Premio Indio Padmashri en 1962, el Premio a de la Paz Juan XVIII en 1971, el Premio Templeton en reconocimiento al progreso de los valores religiosos, entre otros.

Luego de muchas peregrinaciones y visitas a muchos países, su salud se fue resquebrajando. Para 1989, se agravó su afección coronaria y se le implantó un marcapasos. Aún así, la religiosa de la caridad, siguió su camino y sus trabajos en pro de los pobres y más necesitados.

En 1996, fue recluida en el hospital Woodlands Nursing Room de Calcuta donde murió un año más tarde el 5 de Septiembre de 1997. Su cuerpo fue expuesto en la sede de la congregación de las Misioneras de la Caridad y el gobierno indio la enterró con honores militares.

A su funeral acudieron personalidades, políticos y personas de todas partes del planeta para darle su último adiós.

A casi dos años de su muerte, el Papa Juan Pablo II abrió la causa para su canonización. Después de pasar por todos los protocolos e instancias para el estudio de virtudes y milagros acreditados, la Madre Teresa de Calcuta fue beatificada el pasado 19 de octubre de 2003.

Teresa de Calcuta fue un testimonio de la alegría de amar; de la nobleza y respeto de cada ser humano; del valor de las pequeñas cosas hechas con fidelidad y amor; además del valor incomparable de la amistad con Dios.

Dr Jacinto Convit , ese SI es un ejemplo

Jacinto Convit nació el 11 de septiembre de 1913 en La Pastora y ha dedicado su vida entera a realizar estudios epidemiológicos logrando grandes avances en la medicina, especialmente en el desarrollo de la vacuna para la cura de una de las enfermedades más temidas en la historia, la lepra. Cursó estudios secundarios en el liceo Andrés Bello de Caracas, donde tuvo a Rómulo Gallegos y Pedro Arnal como profesores. En septiembre de 1932, comenzó la carrera de medicina en la Universidad Central de Venezuela, cinco años después recibió el título de Bachiller en Filosofía, y optó por el doctorado en Ciencias Médicas con el trabajo “Fracturas de la columna vertebral”. Su interés en estudiar esta enfermedad bacteriana crónica de la piel nació cuando aún era estudiante y fue inducido en parte por sus profesores Martín Vegas y Carlos Gil Yépez en 1937.

Una vez graduado entró como residente en La Leprosería de Cabo Blanco en el Estado Vargas, un centro de reclusión de pacientes con este mal a quienes la ley obligaba a permanecer aislados, allí estuvo hasta obtener el cargo de Director a la vez que realizó incansables estudios de esta patología que se vieron reforzados además, por un viaje que realizó a Brasil donde pudo conocer los servicios antileprosos de ese país.

Toda su experiencia concatenada con las oportunidades y el gran interés que demostró en el tema le dio como resultado el ofrecer un aporte invaluable para esta rama de la medicina, al lograr el desarrollo de un modelo de vacunación contra la lepra, gracias a este descubrimiento, en 1998 fue postulado para el Premio Nobel de Medicina.

Además de este nombramiento, al inclinar sus esfuerzos al estudio epidemiológico de enfermedades de la piel, Convit obtuvo otros reconocimientos nacionales e internacionales entre los que se pueden mencionar: la Orden del Libertador en el grado de Comendador y la Medalla Cultura Gaspar Vianna, conferida por el Ministerio de Salud del Brasil, el Premio "Ciencia y Tecnología 1990", otorgado por la República de México, el Premio Español "Príncipe de Asturias", el Premio "José Gregorio Hernández" de la Academia Nacional de Medicina y el "Abraham Horwitz" de la Organización Panamericana de la Salud.

Para ahondar en cada uno de los avances que logró Convit en la medicina, especialmente en el campo de la dermatología y epidemiologia faltarían cuartillas para dar valor a su trabajo, pero se puede sintetizar afirmando que en todos sus pasos su calidad humana estuvo presente, esto se evidencia cuando al tener contacto con los leprosos luchó por evitar el aislamiento de los pacientes implementando un tratamiento ambulatorio, y al dedicar su vida al desarrollo de estudios de enfermedades como la lepra, leishmaniasis, oncocercosis y la micosis. Su incansable investigación orientada una posible cura para el cáncer de mamas, colon, estomago y cerebro continúa.

Cada una de sus obras forma parte de la historia de Venezuela. Su filosofía se basa en el trabajo en equipo y en transmitir el conocimiento, evidencia de ello se tiene al conocer que fue profesor de la Universidad José María Vargas y la Universidad Central de Venezuela, inició los cursos de postgrados Clínicas Dermatológica y Microbiología Medica. Materializó sus sueños al fundar el Instituto de Biomedicina sede integral donde se desarrollan estudios de Dermatología y otras ciencias bajo su dirección.

Pasión sin límites

Es indudable que el Dr. Jacinto Convit, conocido como el “Héroe de la Salud Pública de las Américas”, no descansará hasta dar todo su conocimiento a favor de la ciencia. Hoy en día sus investigaciones siguen en pie, esa dedicación aún se reconoce y es así como se hizo acreedor de la insignia Oficial de la Orden de la Legión de Honor de manos de Jean-Marc Laforet, embajador de Francia en Venezuela, en nombre del presidente Nicolás Sarkozy. “Creo en la juventud, son los que deben cargar un peso importante, hacer un esfuerzo enorme. Nosotros haremos, con el tiempo que nos queda, todo lo que podamos. Pero ellos tienen que hacer esa carrera de relevo.” Con casi 10 décadas de vida, Convit representa un respetable hombre de valor y humanismo. Su legado más importante es y será la semilla que transmitió por la pasión del desarrollo de la medicina humana.



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